
El sueño de toda pareja es poder traer al mundo a una persona que sea fruto del amor que se tienen, aquel que sea semejante en físico y en personalidad a nosotros mismos. Aquel individuo que dependerá de padre y madre hasta que tenga la mentalidad suficiente para cuidarse de sí mismo, ese niño o niña que nos verá como su héroe y ejemplo a seguir durante toda su vida.
Ésta es la historia más conmovedora que se ha podido contar. Jess y Mike tuvieron la fortuna de escuchar dos corazones latir al mismo tiempo dentro del vientre, pero, lamentablemente el doctor les dio la noticia que uno de los fetos, con apenas 12 semanas, padece la terrible enfermedad llamada anencefalia, es decir, una parte o la totalidad del cerebro y cráneo del embrión no van a ser desarrollados.
Como padres, Jess y Mike quedaron sorprendidos y sumamente entristecidos por la noticia, sin embargo, rechazaron la oferta de un aborto. Tomaron la valiente decisión de permitir que Dios se encargara del futuro de su hijo, así que continuaron con el proceso de 9 meses correspondiente. Hablaron sobre el hecho de la muerte de Teddy, llegando a la conclusión de poner sus órganos en donación a todos aquellos que los necesiten.
Llegó la hora de dar a luz a unos gemelos hermosos (Teddy y Noah). Jess manifestó entonces: “Pensamos que si tan sólo pasamos un momento con él, o 10 minutos o una hora, sería el tiempo más precioso que podríamos experimentar”. Para la sorpresa de ambos, Teddy alcanzó completar 2 horas de vida. Estos minutos fueron suficientes para que los cirujanos lograran hacer la extracción de riñones y válvulas cardíacas, convirtiéndolo en el donante más joven del Reino Unido.

Ésta historia sirvió como inspiración para la nación, trajo como beneficio un incremento del 378% de personas enlistadas para ser donantes de órganos, gracias a esto, Teddy tuvo una mención honorífica en los Premios Británicos.
Un artículo extraído de: V2Like